En esta sección, presento mis reflexiones sobre la endogamia universitaria y el Pla Serra Húnter de la Generalitat de Catalunya como una herramienta interesante para combatirla.
Considero que la endogamia es, junto con la falta de financiación, el problema más importante al que se enfrenta la Universidad de este país. Por desgracia, la endogamia no es un problema nuevo. Se lleva arrastrando, de forma endémica, desde hace décadas. Se ha escrito mucho sobre la prevalencia de la endogamia en las universidades españolas, y sobre los perjuicios que causa en la calidad de la investigación y la docencia que se llevan a cabo (ver por ejemplo los siguientes artículos de opinión: El Periódico 2014, Fundación CYD 2019, El Mundo 2019). Sin embargo, pocos han sido los pasos que se han dado para combatirla. Una excepción notable se ha dado en Catalunya con la implantación del Pla Serra Húnter, instaurado por la Generalitat de Catalunya en 2012. Este plan tiene como objetivo la incorporación a las universidades públicas catalanas de personal docente e investigador altamente cualificado y con méritos homologables a los estándares internacionales. Se espera que las personas seleccionadas tengan una trayectoria académica excelente y que sean, o puedan ser, líderes con capacidad de colaboración, de innovación y de desarrollar líneas de investigación complementarias a las que existen actualmente. Con este objetivo, el plan fija unas condiciones de contorno en los concursos convocados en el marco de este programa para fomentar la concurrencia, la transparencia y la selección de la persona más cualificada. En concreto, se ofrecen contrataciones con perfiles abiertos difundidos en medios con un reconocido prestigio académico y se vela para que las comisiones de selección estén integradas por miembros libres de conflicto de interés. Asimismo, se promueven mejoras procedimentales para facilitar el acceso de los candidatos a la convocatoria y en la información. El Pla Serra Húnter, es por tanto una herramienta interesante para luchar contra los efectos de la endogamia en la contratación de profesorado universitario.
Mediante el Pla Serra Húnter, se han incorporado durante los últimos años a las universidades catalanas, incluida la Universitat de Barcelona, un número importante de profesores lectores y agregados, una buena parte de los cuales no hubieran podido incorporarse de no ser por la existencia de este plan. Yo mismo me incluyo entre estos profesores agraciados, ya que mi perfil preponderantemente investigador y sin ligamen contractual con la Universitat de Barcelona, posiblemente no hubiera podido competir con los perfiles de candidatos "de la casa", que tienden a ser favorecidos en las plazas que convocan los departamentos fuera del Pla Serra Húnter. Dichas convocatorias suelen perseguir perfiles más docentes, se publicitan poco, requieren la presentación directa de la acreditación (AQU, ANECA) y tienen jurados formados mayoritariamente por profesorado de la propia universidad. No obstante, no se puede olvidar que, pese a haber realizado el trabajo de mi Tesis Doctoral en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y postdocs en diversas instituciones españolas y extranjeras, mi titulo de Doctor es por la Universitat de Barcelona. Por lo tanto, mi incorporación a esta institución como profesor es considerada, seguramente con razón, "endogámica" por una parte importante de las estadísticas que se aplican al estudio de la endogamia en la Universidad.
Es importante tener en cuenta que el Pla Serra Húnter no es la panacea y tiene varios aspectos a mejorar (ver por ejemplo, El País 2016). Aquí focalizaré en algunos aspectos relativos a la internacionalización y lucha contra la endogamia. Muchos de los profesores que se contratan a través del Pla Serra Húnter forman ya parte del staff de los departamentos convocantes. Además, la mayoría de las plazas Serra Húnter son ocupadas por docentes e investigadores catalanes o de otras regiones del Estado Español, resultando poco atractivas para docentes e investigadores de otros países. En muchos casos, por lo tanto, resulta limitada la entrada de profesorado "nuevo" y el combate contra la endogamia por medio de esta vía.
La falta de atractivo internacional se debe a varios factores. El primero es la inseguridad de las plazas de profesor lector ofrecidas, que se anuncian engañosamente como "tenure track", pero en realidad dependen de una convocatoria pública de profesor agregado una vez hayan finalizado los cinco años de la plaza de profesor lector. Un factor adicional en contra de la atractividad internacional es el bajo sueldo de las plazas en comparación con los que se ofrecen las universidades de la mayoría de países de nuestro entorno. Además, mientras muchas plazas de profesores en las universidades de otros países van acompañadas de una ayuda inicial ("starting pack") para el equipamiento de laboratorio y la contratación de personal de apoyo, los contratos Serra Húnter no incluyen ninguna ayuda de este tipo. En mi caso, ni siquiera se me ha proporcionado un ordenador personal ni por parte del plan, ni por parte de la universidad/departamento. En consecuencia, para que un docente o investigador internacional, por ejemplo de EE. UU., se interese por una de estas plazas, suele haber motivaciones personales además de las profesionales.
Finalmente, resulta sorprendente el poco apoyo que, en general, reciben las convocatorias del Pla Serra Húnter por parte de la comunidad universitaria. Me he quedado sorprendido en varias ocasiones al ver como en reuniones o charlas en las que he participado, se ha criticado el plan por parte del profesorado. Parece que una gran parte de los gestores y profesores de esta institución ven como una injerencia externa inadmisible este tipo de programas y anteponen el hecho de gestionar internamente las convocatorias y concesiones de plazas de profesorado frente a las claras ventajas que aporta un programa de este tipo. En consecuencia, el futuro del Pla Serra Húnter resulta incierto. ¿Seremos capaces de vencer algún día la endogamia en la Universidad?
Mediante el Pla Serra Húnter, se han incorporado durante los últimos años a las universidades catalanas, incluida la Universitat de Barcelona, un número importante de profesores lectores y agregados, una buena parte de los cuales no hubieran podido incorporarse de no ser por la existencia de este plan. Yo mismo me incluyo entre estos profesores agraciados, ya que mi perfil preponderantemente investigador y sin ligamen contractual con la Universitat de Barcelona, posiblemente no hubiera podido competir con los perfiles de candidatos "de la casa", que tienden a ser favorecidos en las plazas que convocan los departamentos fuera del Pla Serra Húnter. Dichas convocatorias suelen perseguir perfiles más docentes, se publicitan poco, requieren la presentación directa de la acreditación (AQU, ANECA) y tienen jurados formados mayoritariamente por profesorado de la propia universidad. No obstante, no se puede olvidar que, pese a haber realizado el trabajo de mi Tesis Doctoral en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y postdocs en diversas instituciones españolas y extranjeras, mi titulo de Doctor es por la Universitat de Barcelona. Por lo tanto, mi incorporación a esta institución como profesor es considerada, seguramente con razón, "endogámica" por una parte importante de las estadísticas que se aplican al estudio de la endogamia en la Universidad.
Es importante tener en cuenta que el Pla Serra Húnter no es la panacea y tiene varios aspectos a mejorar (ver por ejemplo, El País 2016). Aquí focalizaré en algunos aspectos relativos a la internacionalización y lucha contra la endogamia. Muchos de los profesores que se contratan a través del Pla Serra Húnter forman ya parte del staff de los departamentos convocantes. Además, la mayoría de las plazas Serra Húnter son ocupadas por docentes e investigadores catalanes o de otras regiones del Estado Español, resultando poco atractivas para docentes e investigadores de otros países. En muchos casos, por lo tanto, resulta limitada la entrada de profesorado "nuevo" y el combate contra la endogamia por medio de esta vía.
La falta de atractivo internacional se debe a varios factores. El primero es la inseguridad de las plazas de profesor lector ofrecidas, que se anuncian engañosamente como "tenure track", pero en realidad dependen de una convocatoria pública de profesor agregado una vez hayan finalizado los cinco años de la plaza de profesor lector. Un factor adicional en contra de la atractividad internacional es el bajo sueldo de las plazas en comparación con los que se ofrecen las universidades de la mayoría de países de nuestro entorno. Además, mientras muchas plazas de profesores en las universidades de otros países van acompañadas de una ayuda inicial ("starting pack") para el equipamiento de laboratorio y la contratación de personal de apoyo, los contratos Serra Húnter no incluyen ninguna ayuda de este tipo. En mi caso, ni siquiera se me ha proporcionado un ordenador personal ni por parte del plan, ni por parte de la universidad/departamento. En consecuencia, para que un docente o investigador internacional, por ejemplo de EE. UU., se interese por una de estas plazas, suele haber motivaciones personales además de las profesionales.
Finalmente, resulta sorprendente el poco apoyo que, en general, reciben las convocatorias del Pla Serra Húnter por parte de la comunidad universitaria. Me he quedado sorprendido en varias ocasiones al ver como en reuniones o charlas en las que he participado, se ha criticado el plan por parte del profesorado. Parece que una gran parte de los gestores y profesores de esta institución ven como una injerencia externa inadmisible este tipo de programas y anteponen el hecho de gestionar internamente las convocatorias y concesiones de plazas de profesorado frente a las claras ventajas que aporta un programa de este tipo. En consecuencia, el futuro del Pla Serra Húnter resulta incierto. ¿Seremos capaces de vencer algún día la endogamia en la Universidad?